Criterios
para evaluar los programas de educación sexual
(Para
padres y profesores)
Por el
Dr. Álvaro Susín
El documento "Sexualidad
humana: verdad y significado" (*), publicado por el Pontificio Consejo para la
Familia en 1995, orienta de forma clara y precisa sobre los graves errores que
se están cometiendo actualmente en el ámbito de la educación sexual de niños y
jóvenes. Es realmente la voz del Magisterio de la Iglesia sobre este tema tan
controvertido y delicado. Con agradecimiento y espíritu de fe los católicos
acogemos la doctrina expresada en dicho documento como una guía segura para
poder interpretar los diferentes programas de educación sexual. De él entresaco
algunos puntos de reflexión que puedan servir para evaluar el tipo de programa
de educación sexual que su hijo recibe, o bien, si es usted profesor, para que
reflexione sobre el tipo de programa que imparte. La reflexión no se agota en
estos puntos, por lo que animo a todos a que lean detenidamente y sin prisas el
documento completo.
Dios nos creó a imagen
suya, como hombre o mujer, por lo que sólo una educación acorde con nuestra
naturaleza y destino eterno podrá ser digna de la persona humana y fuente de un
desarrollo pleno y feliz.
1 - Los programas de
educación sexual muchas veces llegan a deformar la conciencia cristiana de los
jóvenes. Deberíamos caer en la cuenta de la gravedad de este hecho y poner los
remedios convenientes. Somos responsables.
"La escuela, que por su parte se
ha mostrado disponible para desarrollar programas de educación sexual, lo ha
hecho frecuentemente sustituyendo a la familia y en general con fórmulas
puramente informativas. A veces se llega a una verdadera deformación de las
conciencias." (n. 1)
2 - Los
padres son los principales educadores de los hijos, su función es insustituible.
Este deber y derecho de los padres muchas veces es violado cuando no se les toma
en cuenta.
"La Iglesia siempre ha
afirmado que los padres tienen el deber y el derecho de ser lo primeros y
principales educadores de sus hijos." (n. 5) "Además, los padres, habiendo
donado y acogido la vida en un clima de amor, poseen un potencial educativo que
ningún otro detenta: ellos conocen en manera única los propios hijos, en su
irrepetible singularidad y, por consiguiente, poseen los secretos y los recursos
del amor verdadero." (n. 7)
3 - La
sexualidad no está al servicio de fines egoístas (obtención de placer) sino
hacia el amor verdadero. Pensemos en los programas de educación sexual donde se
infiltra ideología hedonista.
"El hombre, en cuanto
imagen de Dios, ha sido creado para amar (...) El amor es por tanto la vocación
fundamental e innata de todo ser humano. Todo el sentido de la propia libertad,
y del autodominio consiguiente, está orientado al don de sí en la comunión y en
la amistad con Dios y con los demás." (n. 8)
4 - Toda educación que no
alienta a la castidad es inmoral.
"La castidad es la afirmación gozosa de
quien sabe vivir el don de sí, libre de toda esclavitud egoísta. La castidad
implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la libertad
humana. Toda persona sabe, también por experiencia, que la castidad requiere
rechazar ciertos pensamientos, palabras y acciones pecaminosas, como recuerda
con claridad San Pablo." (n. 18)
5 - Toda
educación sexual que no enseña a luchar y a vencerse a sí mismo no es cristiana.
"Para algunos, que se
encuentran en ambientes donde se ofende y desacredita la castidad, vivir de un
modo casto puede exigir una lucha exigente y hasta heroica. De todas maneras,
con la gracia de Cristo, que brota de su amor esponsal por la Iglesia, todos
pueden vivir castamente aunque se encuentren en circunstancias poco favorables."
(n. 19)
6 - Es un
deber de los padres crear un ambiente apropiado que ayude a vivir la castidad:
oración, televisión, modas, diversiones, etc.
"Es, pues, deber de los
padres crear un ambiente de familia animado por el amor por la piedad hacia Dios
y hacia los hombres, que favorezca la educación íntegra personal y social de los
hijos (...) Los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos, y
en este campo tienen una competencia fundamental: son educadores por ser
padres." (n. 23)
7 - La
educación remota para la castidad comienza ya en la infancia dentro de la
familia. No bastan los buenos consejos. El ejemplo de los padres viviendo la
castidad matrimonial es imprescindible.
"Mediante esta formación
remota para la castidad en familia, los adolescentes y los jóvenes aprenden a
vivir la sexualidad en la dimensión personal, rechazando toda separación entre
la sexualidad y el amor —entendido como donación de sí— y entre el amor esponsal
y la familia. El respeto de los padres hacia la vida y hacia el misterio de la
procreación, evitará en el niño o en el joven la falsa idea de que las dos
dimensiones del acto conyugal, la unitiva y la procreativa, puedan separarse
según el propio arbitrio." (n. 32)
8 - Los
padres no pueden delegar totalmente su papel educativo en otras personas o
instituciones.
"El derecho-deber
educativo de los padres se califica como esencial (...), original y primario
(...), como insustituible e inalienable y que, por consiguiente, no debe ser ni
totalmente delegado ni usurpado por otros (...) Ellos tienen el derecho de
educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas, teniendo
presentes las tradiciones culturales de la familia que favorecen el bien y la
dignidad del hijo." (n. 42)
9 - Los
padres deben evitar que la falta de pudor y modestia de la moda y la televisión
viole la integridad del hogar.
"La práctica del pudor y
de la modestia, al hablar, obrar y vestir, es muy importante para crear un clima
adecuado para la maduración de la castidad, y por eso han de estar hondamente
arraigados en el respeto del propio cuerpo y de la dignidad de los demás. Como
se ha indicado, los padres deben velar para que ciertas modas y comportamientos
inmorales no violen la integridad del hogar, particularmente a través de un uso
desordenado de los mass media (...) Los padres, en cuanto receptores de tales
medios, deben tomar parte activa en su uso moderado, crítico, vigilante y
prudente." (n. 56)
10 - Para
alcanzar estas metas la familia debe dedicar tiempo a la
oración.
"Finalmente, recordamos,
que para lograr estas metas, la familia debe ser ante todo casa de fe y de
oración en la que se percibe la presencia de Dios Padre, se acoge la Palabra de
Jesús, se siente el vínculo de amor, don del Espíritu, y se ama y se invoca a la
Purísima Madre de Dios." (n. 62)
11 - Una
información sexual separada de los principios morales abre el camino al egoísmo
y al vicio.
"La Iglesia se opone
firmemente a un sistema de información sexual separado de los principios
morales, tan frecuentemente difundido, que no es sino una introducción a la
experiencia del placer y un estímulo para perder la serenidad, abriendo el
camino al vicio desde los años de la inocencia." (n. 64)
12 - La
educación sexual en la escuelas la mayoría de la veces es inadecuada porque no
permite una formación individualizada.
" Todo niño es una
persona única e irrepetible y debe recibir una formación individualizada." (n.
65) "El proceso de madurez de cada niño como persona es distinto, por lo cual
los aspectos tanto biológicos como afectivos, que tocan más de cerca su
intimidad, deben serles comunicados a través de un diálogo personalizado." (n.
66)
13 - No es
suficiente dar información sobre el sexo junto a principios morales. Es
necesaria la constante ayuda para el crecimiento en la vida espiritual de los
hijos. Esto no sucede en la mayoría de las
escuelas.
"La educación a la
castidad y las oportunas informaciones sobre la sexualidad deben ser ofrecidas
en el más amplio contexto de la educación al amor. No es suficiente comunicar
informaciones sobre el sexo junto a principios morales objetivos. Es necesaria
la constante ayuda para el crecimiento en la vida espiritual de los hijos, para
que su desarrollo biológico y las pulsiones que comienzan a experimentar se
encuentren siempre acompañadas por un creciente amor a Dios Creador y Redentor y
por una siempre más grande conciencia de la dignidad de toda persona humana y de
su cuerpo." (n.70)
14 - La
educación para la castidad debe acogerse dentro del llamado de todo cristiano a
la santidad.
"A la luz del misterio de
Cristo y de su Iglesia, los padres pueden ilustrar los valores positivos de la
sexualidad humana en el contexto de la nativa vocación de la persona al amor y
de la llamada universal a la santidad." (n. 70)
15 - La
educación sexual en la mayoría de las escuelas es de por sí inadecuada e
impropia porque no respeta los años de la inocencia del
niño.
"Desde la edad de cinco
años aproximadamente hasta la pubertad (...), se dice que el niño está en fase,
descrita en las palabras de Juan Pablo II, como "los años de la inocencia".
Período de tranquilidad y de serenidad que no debe ser turbado por una
información sexual innecesaria. En estos años, antes del evidente desarrollo
físico sexual, es común que los intereses del niño se dirijan a otros aspectos
de la vida (...) Los niños y las niñas de esta edad no están particularmente
interesados en los problemas sexuales y prefieren frecuentar a los de su mismo
sexo. Para no turbar esta importante fase natural del crecimiento, los padres
tendrán presente que una prudente formación al amor casto ha de ser en este
período indirecta, en preparación a la pubertad cuando sea necesaria la
formación directa." (n. 78) "Sin embargo, este período de la niñez no esta
desprovisto de significado en términos de desarrollo psico-sexual. El niño o la
niña aprende, del ejemplo de los adultos y de la experiencia familiar, qué
significa ser una mujer o un hombre." (n. 80)
16 - Gran
parte de la educación sexual que se imparte actualmente es inadecuada porque
pretende anular las diferencias naturales entre los sexos (ideología de
género).
"No se han de ignorar ni
minimizar las efectivas diferencias entre ambos sexos y, en un ambiente familiar
sano, los niños aprenderán que es natural que a estas diferencias corresponda
una cierta diversidad entre las tareas normales familiares y domésticas
respectivamente de los hombres y las mujeres." (n. 80)
17 - La
mayoría de los programas de educación sexual , al imponer una información sexual
prematura, perturban el desarrollo normal de los niños. Los padres han de evitar
los intentos de violar la inocencia de sus hijos.
"En ciertas sociedades,
existen intentos programados y predeterminados de imponer una información sexual
prematura a los niños. Sin embargo, éstos no se encuentran en condiciones de
comprender plenamente el valor de la dimensión afectiva de la sexualidad. No son
capaces de entender y controlar la imagen sexual en un contexto adecuado de
principios morales y, por tanto, de integrar una información sexual que es
prematura, con su responsabilidad moral. Tales informaciones tienden así a
perturbar su desarrollo emocional y educativo y la serenidad natural de este
período de la vida. Los padres han de evitar en modo delicado pero a la vez
firme, los intentos de violar la inocencia de sus hijos, porque comprometen su
desarrollo espiritual, moral y emotivo como personas en crecimiento y que tienen
derecho a tal inocencia." (n. 83)
18 - La
información de carácter sexual en la fase de la inocencia del niño tan sólo
tratará de corregir la información inmoral errónea que haya recibido el
niño.
"Una ulterior dificultad
aparece cuando los niños reciben una información sexual prematura por parte de
los mass-media o de coetáneos descarriados o que han recibido una educación
sexual precoz. En esta circunstancia, los padres deberán de comenzar a impartir
una información sexual limitada, normalmente, a corregir la información inmoral
errónea o controlar un lenguaje obsceno." (n. 84)
19 - En la
pubertad los padres han de estar especialmente atentos a la educación cristiana
de los niños.
"La pubertad, que
constituye la fase inicial de la adolescencia, es un tiempo en el que los padres
han de estar especialmente atentos a la educación cristiana de los hijos; es el
momento del descubrimiento de sí mismos y del propio mundo interior, el momento
de los proyectos generosos, en que brota el sentimiento del amor, así como los
impulsos biológicos de la sexualidad, del deseo de estar con otros; tiempo de
una alegría particularmente intensa, relacionada con el embriagador
descubrimiento de la vida. Pero también es a menudo la edad de los interrogantes
profundos, de las búsquedas angustiosas e incluso frustrantes, de desconfianza
en los demás y del repliegue peligroso sobre sí mismo; a veces también el tiempo
de los primeros fracasos y de las primeras amarguras." (n. 87)
20 - En la
pubertad, las explicaciones detalladas sobre la sexualidad deben confiarse a las
madres cuando se trata de las hijas, y a los padres cuando se trata de los
niños. Esta distinción no toma en cuenta en las escuelas donde se imparte una
educación sexual despersonalizada y sin atender a los sexos, con el daño
consiguiente que ocasiona.
"Los padres, partiendo de
las transformaciones que las hijas y los hijos experimenten en su propio cuerpo,
deben proporcionales explicaciones más detalladas sobre la sexualidad siempre
que —contando con una relación de confianza y amistad— las jóvenes se confíen
con su madre y los jóvenes con el padre." (n. 89)
21 - La
mentalidad contraceptiva alentada por la educación sexual actual atenta
gravemente contra la moral cristiana.
"La instrucción de las
adolescentes y los adolescentes debe tender a resaltar la belleza de la
maternidad y la maravillosa realidad de la procreación, así como el profundo
significado de la virginidad. Así se les ayudará a oponerse a la mentalidad
hedonista hoy tan difundida y, particularmente, a evitar, en un período tan
decisivo, la "mentalidad contraceptiva" por desgracia muy extendida y con la que
las hijas habrán de enfrentarse más tarde, en el matrimonio." (n. 92)
22 - Las
dimensiones espirituales y morales deberán prevalecer siempre en toda educación
sexual, lo que no ocurre en la mayoría de los programas impartidos en las
escuelas.
"Por lo mismo, las
dimensiones espirituales y morales deberán prevalecer siempre y tener dos
concretas finalidades: la presentación de los mandamientos de Dios como camino
de vida y la formación de una recta conciencia." (n. 94) "La formación de la
conciencia exige, como punto de partida, mostrar el proyecto de amor que Dios
tiene por cada persona, el valor positivo y liberador de la ley moral y la
conciencia tanto de la fragilidad introducida por el pecado como de los medios
de la gracia que fortalecen al hombre en su camino hacia el bien y la
salvación." (n. 95)
23 - La
educación sexual debe ser acorde con los puntos esenciales de la moral
contraria, lo cual no suele ocurrir cuando se imparte en las escuelas públicas,
y a veces incluso en algunas escuelas católicas, por contagio del
ambiente.
"Deben, además, ser
capaces de dar a los hijos, según las necesidades, una explicación positiva y
serena de los puntos esenciales de la moral cristiana como, por ejemplo, la
indisolubilidad del matrimonio y las relaciones entre amor y procreación, así
como la inmoralidad de las relaciones prematrimoniales, del aborto, de la
contracepción y de la masturbación. Respecto a estas últimas, contrarias al
significado de la donación conyugal, conviene recordar que "las dos dimensiones
de la unión conyugal, la unitiva y la procreativa, no pueden separarse
artificialmente sin alterar la verdad íntima del mismo acto conyugal"." (n.102)
24 - La
masturbación constituye un desorden grave, ilícito en sí mismo, que no puede ser
moralmente justificado por ninguna educación
sexual.
"En particular, la
masturbación constituye un desorden grave, ilícito en sí mismo, que no puede ser
moralmente justificado, aunque "la inmadurez de la adolescencia, que a veces
puede prolongarse más allá de esa edad, el desequilibrio psíquico o el hábito
contraído pueden influir sobre la conducta, atenuando el carácter deliberado del
acto, y hacer que no haya siempre falta subjetivamente grave". Se debe ayudar a
los adolescentes a superar estas manifestaciones de desorden que son
frecuentemente expresión de los conflictos internos de la edad y no raramente de
una visión egoísta de la sexualidad." (n. 103)
25 - Los padres tienen el
deber de asociarse entre ellos para proteger la correcta educación de sus hijos
ante los ataques de los programas hedonistas.
"Se recomienda a los padres
asociarse con otros padres, no sólo con el fin de proteger, mantener o completar
su misión de primeros educadores de sus hijos, especialmente en el área de la
educación en el amor, sino también para contrarrestar formas dañinas de
instrucción sexual y para garantizar que sus hijos se formen según los
principios cristianos y en consonancia con su desarrollo personal." (n. 114)\
26 - Las
perversiones sexuales no han de tratarse a nivel general, lo cual no sucede en
la educación que se imparte en las escuelas públicas, donde se explican con todo
lujo de detalles.
"Las perversiones
sexuales, que son relativamente raras, no han de tratarse sino a través de
consejos individuales, como respuesta de los padres a problemas verdaderos." (n.
124).
27 - No se ha mostrar
ningún material gráfico de naturaleza erótica a los niños o a los jóvenes de
cualquier edad que sean, ni individualmente ni en grupo. Esta norma, por
desgracia, también se olvida en muchos programas de educación sexual, donde se
utilizan con profusión multitud de gráficos o videos.
"No se ha de presentar
ningún material de naturaleza erótica a los niños o a los jóvenes de cualquier
edad que sean, ni individualmente ni en grupo." (n. 126)
28 - Los
padres deben velar para que la educación sexual suplementaria fuera de la casa
sea acorde con la moral cristiana.
"Se recomienda a los
padres seguir con atención cualquier forma de educación sexual que se imparte a
los hijos fuera de casa, y retirarlos cuando no corresponda a sus principios."
(n. 117). "No se ha de presentar ningún material de naturaleza erótica a los
niños o a los jóvenes de cualquier edad que sean, ni individualmente ni en
grupo." (n. 126).
29 - Con
respecto a la esterilización y la contracepción, su exposición no se deberá
realizar antes de la adolescencia, y deberá explicarse su carácter inmoral.
Esto, también por desgracia, no es seguido por los programas de educación sexual
de tipo público.
"En relación con la
esterilización y la contracepción, su exposición no se deberá realizar antes de
la adolescencia y se desarrollará sólo en conformidad con la enseñanza de la
Iglesia Católica." (n. 137)
30 - Sobre
los métodos naturales de regulación de la fertilidad (método de la ovulación,
sintotérmico,...) se enfatizarán las profundas diferencias de tipo moral
respecto a los métodos anticonceptivos. Tampoco esto se suele hacer,
distorsionando además la información para
desprestigiarlos.
"Se subrayarán los
valores morales, espirituales y sanitarios de los métodos de la regulación
natural de la fertilidad, indicando al mismo tiempo, los peligros, y los
aspectos éticos de los métodos artificiales. Se mostrará especialmente la
sustancial y profunda diferencia existente entre los métodos naturales y los
artificiales, tanto en relación con el proyecto de Dios sobre el matrimonio,
como en cuanto a la "recíproca donación total de los cónyuges" y la apertura a
la vida." (n. 137)
31 - Los
padres deben rechazar la promoción del llamado "sexo seguro", basada en el uso
del condón como protección adecuada frente al SIDA.
"Otro abuso tiene lugar
cuando se imparte la educación sexual enseñando a los niños, también
gráficamente, todos los detalles íntimos de las relaciones genitales. Este mal
se da hoy con frecuencia con el fin de ofrecer una educación para el "sexo
seguro" (...), una política peligrosa e inmoral, basada en la teoría ilusoria de
que el preservativo (condón) pueda dar protección adecuada contra el SIDA. Los
padres deben insistir en la continencia fuera del matrimonio y en la fidelidad
en el matrimonio como la única verdadera y segura educación para la prevención
de dicho contagio." (n.139)
32 - También
se debe rechazar como gravemente dañoso el llamado método de "clarificación de
valores".
"Otro método ampliamente
utilizado, y a menudo igualmente dañoso, es la llamada "clarificación de
valores". Los jóvenes son animados a reflexionar, clarificar y decidir las
cuestiones morales con la máxima "autonomía" ignorando, sin embargo, la realidad
objetiva de la ley moral en general, y descuidando la formación de las
conciencias sobre los preceptos morales específicos cristianos, corroborados por
el Magisterio de la Iglesia. Se infunde en los jóvenes la idea de que un código
moral ha de ser creado por ellos mismos, como si el hombre fuera fuente y norma
de la moral. Este llamado método de clarificación de los valores obstaculiza la
verdadera libertad y autonomía de los jóvenes durante un período inseguro de su
desarrollo (...)Este método tiende a aliarse estrechamente con el relativismo
moral, estimulando la indiferencia respecto a la ley natural y el permisivismo."
(n.140)
33 - Los que
promueven la instrucción sexual en la perspectiva del control demográfico no
respetan los derechos de los padres en este ámbito.
"Los padres han de
prestar atención también a los modos con los cuales la instrucción sexual se
inserta en el contexto de otras materias, sin duda útiles (por ejemplo: la
sanidad y la higiene, el desarrollo personal, la vida familiar, la literatura
infantil, los estudios sociales y culturales, etc.). En estos casos es más
difícil controlar el contenido de la instrucción sexual. Dicho método de la
inclusión es utilizado especialmente por quienes promueven la instrucción sexual
en la perspectiva del control de los nacimientos o en los países donde el
gobierno no respeta los derechos de los padres en este ámbito." (n. 141)
34 - Hasta
la catequesis puede ser manipulada para introducir informaciones sexuales,
biológicas y afectivas, sin respetar el derecho de los padres a hacerlo según su
prudente decisión.
"Pero la misma catequesis
quedará distorsionada si los vínculos inseparables entre la religión y moral
fueran utilizados como pretexto para introducir en la instrucción religiosa
informaciones sexuales, biológicas y afectivas, que sólo los padres han de dar
según su prudente decisión en el propio hogar." (n. 141)
Nota: El Dr. Alvaro Susín
es médico especialista en medicina de familia y comunitaria, y actualmente es
presidente de la asociación Acción por la Vida.
(*) Sexualidad Humana:
Verdad y Significado. Orientaciones educativas en Familia. Pontificio Consejo
para la Familia. Ciudad del Vaticano, 1995. Impreso en el Perú por Editorial
Salesiana, Av. Brasil 210, Lima.
Fuente:
www.vidahumana.org